Un suceso que marcó la pauta en
la economía petrolera mundial, fue la Revolución Islámica, la cual tuvo por
objetivo principal la destrucción de la legitimidad del Sha Muhammad Reza
Pahlevi y la instauración de la actual República Islámica. Estos sucesos trajeron
como consecuencia el destierro del Sha y el regreso del Revolucionario
Ayatollah Jomeini, estableciéndose así un régimen islámico el cual no apoyaba
las exportaciones petroleras, ordenando la expulsión del personal extranjero y
causando una baja de producción del 96%, pasando de originar 5 millones a 200 mil barriles diarios, cantidad que ni siquiera satisfacía
las necesidades internas del país. Inicialmente los 5 millones de barriles
diarios que producía Irán, fueron cubiertos en el mercado por un aumento de
producción de algunos países miembros de la OPEP, principalmente Arabia
Saudita; generando un déficit mundial de casi 2 millones de barriles diarios,
equivalente al 4% del consumo mundial de petróleo.
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